miércoles, 29 de junio de 2011

CONCIERTO


Viernes 1 de julio, a las 22 horas, en la Plaza del Mercado Nuevo de Tacoronte.

domingo, 26 de junio de 2011

MY MORNING SONG

Hace años trabajé a más de setenta quilómetros de casa. De una forma casi religiosa, durante un año, cada mañana oía esta canción (My morning song, una de las grandes composiciones de The Black Crowes) mientras amanecía en la autopista y mi espíritu se llenaba de fuerza. Luego la guardé en alguna gaveta del recuerdo. Hoy ha vuelto, obsesivamente, para ocupar su lugar.



HOTEL MUNDIAL (LISBOA)

Desayunamos junto al ventanal de la esquina.
En un lateral de la calle, las prostitutas
se apoyan en los coches y al ritmo de la música
se contornean. Las vías del tranvía
las separan del parque donde los jardineros
aspiran las hojas caídas. Ajeno a todo,
bajo un árbol duerme un hombre.
Quizás ha dormido allí toda la noche.
Lo esquivan los operarios, lo esquiva
la mujer que pasea al perro, la pareja
que busca un banco. Unto la mantequilla
en la tostada y encuentro tus ojos.

sábado, 18 de junio de 2011

ASUN LASAOSA: CARTA ABIERTA A RUBALCABA

Madrid, 18 de junio de 2011




Querido Alfredo:

El viernes pasado compareciste en rueda de prensa asegurando que la policía nacional estaba en las calles de España para garantizar la libre circulación de los ciudadanos españoles. Te vi en el Telediario de la 1 y te creí.

Al día siguiente, sábado –hoy hace justo una semana- quise asistir al acto de investidura de Gallardón como alcalde de la ciudad en la que vivo y pago impuestos desde hace más de 20 años y, para mi sorpresa, la policía nacional me cortó el paso en la calle Mayor a las once de la mañana. Recordé a los agentes tus palabras, y les recordé también que las tomas de investidura de un alcalde son abiertas al público. Como respuesta, me pidieron la documentación, pese a que los policías no iban identificados. Enseñe mi DNI y pedí números de placa. No hubo manera. Me senté en el suelo a esperar y pronto se formó un grupo muy numeroso de simpatizantes del 15 M en la misma situación que yo.

Al cabo más o menos de una hora, aburridos de cantarles “No sois de madera, tenéis corazón”, “A ti también te han bajado el sueldo”, “Tenemos la razón y lo sabéis” y similar, nos pusimos en pie. Se había formado una manifestación. Fuimos todos juntos a la parte de atrás de la antigua sede del Ayuntamiento y, en la calle Sacramento, los encargados de garantizar la libre circulación de los ciudadanos españoles volvieron a cortarnos el paso y eso que éramos muchísimos. Volvimos a sentarnos y a cantar. Esta vez “No les hagáis el trabajo sucio”, “Gallardón, sal al balcón” o “Yo también quiero protección”. Pero, oh cielos, cuando el acto de investidura al que no nos habían dejado entrar estaba terminando, alguien de Interior se dio cuenta de que una parte de la sentada ocupaba la salida del garaje que estaban utilizando quienes sí participaban en la ceremonia. Los policías se pusieron nerviosos y reaccionaron mal. Están muy preparados para reaccionar contra la violencia pero se desconciertan mucho cuando se encuentran con mensajes inclusivos que les llegan desde el buen humor.

Como consecuencia, a mis cincuenta años, un grupo de representantes de la ley me cogieron dos veces en alto y me dejaron caer al suelo con una agresividad absolutamente innecesaria: esguince de tobillo izquierdo. Poco después, el jefe del dispositivo, me pegó dos patadas en los riñones con una rabia que convendría averiguar de dónde le viene. Yo no sabía que la puntera de las botas de la policía nacional tuvieran un refuerzo metálico; me enteré demasiado tarde: contusiones en el costado derecho. También me dijo que se iba a sacar “la polla para follarme ahí mismo” (sic) y me cogió de la garganta apretándome el cuello para que me faltara el aire mientras me decía “Ahora vete y denuncia”. Debe de tener diez años menos que yo.

Me atendieron ahí mismo en la ambulancia del Sámur, donde me inyectaron un analgésico y un antiinflamatorio, me dieron un tranquilizante y me derivaron a un servicio de urgencias donde me pudieran hacer placas del tobillo y las costillas.

Como soy una privilegiada pese a que todos los miembros de mi unidad familiar estamos en paro, fui al centro de Sanitas más cercano a mi casa, donde descartaron que tuviera huesos rotos y se aseguraron de que no orinaba con sangre.

De ahí, a denunciar a la comisaría más próxima. Por suerte, mi agresión había sido presenciada por multitud de periodistas, lo cual facilitó muchísimo que se neutralizara el corporativismo y se me atendiera como es debido.

Ayer mismo ya me vio un médico forense en los juzgados de la plaza de Castilla, a donde por cierto llegué en silla de ruedas (y me temo que tengo para rato). Bravo por los profesionales de la Justicia.

Tengo a tu disposición:
- el atestado nº 12986/11 del la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil
- cuatro informes médicos de centros públicos y privados
También en Internet encuentras abundante documentación gráfica y audiovisual.
Y me encuentras para cualquier aclaración o duda en el 677 97 01 28.

Yo te he oído y te he visto hasta la saciedad. Te pido por favor que me oigas y me veas a mí una sola vez. Tengo un montón de preguntas que hacerte. Con diez minutos me vale y por mí puede ser hasta por Skype.

Muchas gracias desde ya,

Asun Lasaosa

domingo, 12 de junio de 2011

TAJINASTES

Este año ha tardado más: las lluvias intensas y continuas han sido la causa. Pero, con un mes de retraso, la floración ha estallado y El Teide se ha llenado de colores y del zumbido incesante de las abejas. Retamas, retamones, tajinastes... todo lo ocupan en un día claro que resalta los sentidos.
Cerca del Llano de Ucanca, en un ladera de la vertiente sur, una colonia inmensa de tajinastes -quizás unos trescientos- algunos de gran tamaño, se mostraban en todo su esplendor. No recuerdo haber visto tantos juntos. Constrastan con los esqueletos de los florecidos el año pasado. Esplendor y muerte.
Si se cierran los ojos, parece que vuelve la niñez.



 


viernes, 10 de junio de 2011

LINCHAMIENTO

Garfield Burley y Curtis Brown
cuelgan de una cuerda, linchados por racistas blancos,
el 8 de octubre de 1902 en Newbern, Tennessee.
Una multitud, y entre ella familias enteras
con niños pequeños,
contempla embobada mientras piensa en que pronto
será la hora de cenar.
Hay quienes aguardan para quedarse con algún recuerdo
de ese momento irrepetible: un rizo azabache,
un diente, un trozo de tela de la ropa,…
Alguien saca una foto para enviarla por correo
y para que yo escriba después de más de cien años.
Pero lo que llama realmente la atención
es que los dos hombres han muerto dándose la cara,
agarrados fuertemente de las manos,
sus dedos entrelazados.

domingo, 5 de junio de 2011

TAZA DE TÉ

I

La montaña cubierta por la nube.
Ni siquiera una ligera sombra
que muestre los límites del bosque.
(Esta mañana, aún de madrugada,
la casa estaba fría y el té humeaba).
He subido al coche y al arrancar
tu rostro ha vuelto a mí con nitidez.
He recordado las tareas pendientes:
la cerradura que teníamos que cambiar,
el cable que nunca hizo contacto.
La lluvia cae ligera y aguardo
a que el cristal esté totalmente cubierto
para accionar el limpiaparabrisas.
Tengo la cara algo mojada
(olvidé el paraguas).
Entro en la tormenta.


II

Junto a la taza de té,
la camarera me deja dos bolsas de azúcar.
En una de ellas leo:
“La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto,
no depende de lo que tenemos sino de lo que somos”.
(Anónimo)

¿Habré acumulado tanto en mi vida,
me he aferrado a tantos recuerdos tangibles,
escribo sobre el pasado
porque no hay nada en mí,
excepto despojos de aquello que jamás sucedió?

Doblo la bolsa ya vacía y la guardo
entre las páginas de una antología
de Jorge de Sena, que he empezado
a releer mientras aguardo.
Llevo la taza de té humeante a mis labios
y contemplo un rosado atardecer de corderos.