Desayunamos junto al ventanal de la esquina.
En un lateral de la calle, las prostitutas
se apoyan en los coches y al ritmo de la música
se contornean. Las vías del tranvía
las separan del parque donde los jardineros
aspiran las hojas caídas. Ajeno a todo,
bajo un árbol duerme un hombre.
Quizás ha dormido allí toda la noche.
Lo esquivan los operarios, lo esquiva
la mujer que pasea al perro, la pareja
que busca un banco. Unto la mantequilla
en la tostada y encuentro tus ojos.
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