martes, 25 de octubre de 2011

ORLANDO COVA



Hace unas semanas nos dejó Orlando Cova. Lo conocí por un amigo común, Antonio Arozena, cuando acaba de publicar su primer libro, Cosas del lago rojo III, a comienzos de los años ochenta. La lucha visceral, la palabra vehemente. Amaba el verso de la misma forma que le echaba un pulso a la vida. Aquel hombre que conocí rabioso sentado en una escalera se ha marchado.
Por aquellos años llevaba bajo el brazo, fotocopiado, un libro que apreciaba especialmente, Verbo amar en voz activa, y que luego sería publicado. Quiero hoy recuperar uno de aquellos poemas en los que el espíritu amorosamente desbocado que era Orlando mostraba toda su dimensión.

YO AMO

Yo traje mi contenido por el tiempo
para ofrendarte.
Con historia me vestí,
me tapé con silencio
y te acumulé, paso a paso,
brillante y pálida,
mientras que tú, irresistible
te mostrabas para decirme que vivía.

Todos los tiempos son presente.

Yo amo.
De la distancia yo lo traje
y sin pedirte nada
ahora te lo ofrezco:
yo amo, te amo.

Este martes 25 de octubre a las 20 horas, en la Librería del Cabildo, se le rendirá un homenaje.
Recuerdo ahora el epitafio de la tumba de John Keats: "Here lies One Whose Name was writ in Water". (Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en agua).

domingo, 2 de octubre de 2011

LORCA 11. LA NOCHE MÁS LARGA

Hace unos pocos meses fui invitado a participar en una hermosa iniciativa: colaborar con un poema en una antología que recaudara fondos para Lorca. Reconozco mis dificultades para escribir un poema, un texto, relacionado con algún acontecimiento puntual, así que me permitieron que enviara cualquier otro. De lo que se trataba era de sumar. Envié un poema que tiene algunos años y que daba vueltas por los rincones de mi gaveta virtual. Hoy figura en este libro.



INSTRUCCIONES PARA EL SUEÑO


Decía Álvaro Mutis en un relato
del volumen La muerte del estratega
que el hombre enamorado
duerme agarrando con su mano
el pecho de la mujer que ama.


Me acuesto boca abajo.
Al comienzo de la noche
giro la cabeza hacia la izquierda,
tú te recuestas sobre mí
y fusionamos los cuerpos.
Mi mano izquierda se alza libre
pero la derecha se introduce
en tu entrepierna y agarra tu sexo.
Me enraízo en la tierra húmeda
de las medianías.
Retorno al rumor de las olas
en las noches de bajamar.